Nuevas sensaciones

Muy probablemente ésta sea una de las imágenes que mejor describen mi sensación de estadía en esta fracción del planeta. Y hago énfasis en la expresión "fracción de planeta" porque así percibo este espacio físico y de tiempo en el que simplemente he escogido permanecer cuando pienso en la cantidad de lugares, experiencias y oportunidades vividas y por vivir. Corremos el riesgo, prácticamente nos vemos forzados a limitar lo que oímos, leemos y conversamos a lo que sucede en menos de la mitad (la del norte) de los 900 mil Km2 de este resistente país; y descuidamos que hay más mundo, mucho, muchísimo más mundo al margen de lo que dice alguien y repiten o comentan quienes parecen vivir en torno (favorable o adverso) a él.

Si en este momento de mi historia -y por diversas razones que merecen otro artículo- me corresponde vivir en estas coordenadas, he decidido, por salud total, la paz que merezco, y por el disfrute de todo lo que aún es indiscutible y afortunadamente "disfrutable", disponerme a seleccionar lo que va a conformar mi día.

Es mi respuesta a la ola de pesimismo, desasosiego e incertidumbre que debo enfrentar día a día en la calle, en mi trabajo, en algunas llamadas o mensajes que recibo, en las últimas noticias que quise leer. Entonces hago mi burbuja del color con el que quiero ver mi realidad, y me dispongo a actuar e interactuar con quienes -también satisfechos en sus burbujas creativas- ven las oportunidades, las toman, las disfrutan y las multiplican. Los expuestos a la interperie, angustiados, que sólo miran y critican, seguirán expuestos al caos y la desesperanza, seguirán discutiendo por la experiencia más desafortunada, o por el pronóstico o el análisis más nefasto, seguirán siendo el suelo donde otros incompetentes viertan sus quejas y frustraciones, mientras quienes se concentran y trabajan en producir le dan sentido a sus metas.

Mi cápsula se conforma y se blinda cuando escojo atender los saludos y las ideas antes de afectarme por las quejas o por quienes pasan amargados en silencio; en la decisión de oír mi mejor música antes de las malas noticias, un chiste o anécdota divertida antes de los comentarios necios y estériles de los voceros del desastre; mi cápsula se fortalece en el deseo de llegar a ver una buena película, receta, un buen concierto o destino turístico, antes de la reseña de lo que fulano dijo o dejó de decir. Mi mundo se enriquece y lo encuentro cada vez más interesante mientras cuido estas decisiones y me enfoco en mis proyectos personales, en ser más eficiente y productivo, en mis próximos viajes, en aprender una canción, un idioma, en mis ejercicios. No puedo cambiar la realidad, los abusos ni las desgracias; pero definitivamente puedo ofrecerme equilibrado, creativo, entusiasta y sonriente (por encima de la envidia, crítica e incomprensión de muchos) para hacerla más grata o simplemente llevadera.